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Hoy escribimos sobre un tema que preocupa a los padres de adolescentes y jóvenes: el uso que estos hacen de las Redes Sociales.
Es habitual y cotidiano ver a chicos y chicas de entre 12 y 18 años móvil en mano de forma permanente. Estos jóvenes y adolescentes son nativos digitales, algunos de ellos desde que eran niños tenían en la mano un teléfono móvil que se les entregaba a modo de juguete y entretenimiento.
¿Tienen algo de malo las Redes Sociales en las que están presentes y que controlan desde sus smartphones? No, a priori no hay que demonizar las Redes Sociales. De hecho, su uso potencia en estos nativos digitales la posibilidad de afianzar relaciones establecidas de forma presencial, favorece su creatividad con la incursión de fotos, vídeos, blogs, etc. favorece su acceso a la información y en definitiva les permite desenvolverse en el mundo que les ha tocado vivir.
Sin embargo, también hay puntos negativos: la confusión entre realidad y virtualidad, lel no ser conscientes de las consecuencias de lo que se dice y hace en las Redes, el establecer relaciones superficiales con extraños, el riesgo de adicción o el aumento de probabilidad de ciberacoso.
En nuestro trabajo, nos hemos encontrado con padres preocupados con estos temas que han visto señales de alarma como déficit de atención, insomnio, disminución del rendimiento académico, disminución de las horas de sueño, etc.
Es importante no esperar y tomar decisiones con las primeras señales de alarma pero también evitarlas hablando con el adolescente o joven, confiando en su criterio, trabajando en las consecuencias de lo que hace y dice en las Redes, instruirse como padres, poniendo reglas de uso al menos en el hogar, etc.
Si las conductas son preocupantes quizá es momento de recurrir a un detective que investigue si fuera de las Redes el joven se está relacionando con personas que puedan ser una mala influencia, pero ante todo debemos enseñarles a usar estas herramientas con responsabilidad.