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No te dejes para después

No te dejes para después. Leída esta frase, la podemos interpretar como una invitación a llevar a la práctica un refrán que dice "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Podemos aplicar esta consigna a asuntos personales y también profesionales. En cualquiera de las dos vertientes, si la queremos aplicar es necesario vencer la pereza, la incertidumbre de afrontar algo, el no saber qué resultado va a tener. Pero también es verdad que la experiencia nos dice que cuando afrontamos una situación o un reto en nuestra vida personal o profesional nos sentimos realizados, con una sensación de deber cumplido y nos quitamos del cuerpo esa sensación de desasosiego que nos produce no comenzar las cosas.


Cuando nuestros clientes acuden a nosotros y les explicamos nuestro proceso de trabajo, dan el primer paso para no dejar las cosas para después; afrontar el problema que tienen, plantearse que alguien debe conseguir para ellos la información que necesitan para resolverlo. 


Y esto puede partir de muchas situaciones: un trabajador en situación de incapacidad temporal, una sospecha de que existe una fuga de información de los procesos productivos, una bajada anormal y continuada en el rendimiento de un comercial, una duda razonable del tiempo invertido por los trabajadores en su jornada, una denuncia recibida en el canal de denuncias del plan compliance, una duda de la situación financiera de un posible cliente con el que se está estudiando una operación.


Sea cual sea la situación de partida, todas tienen algo en común: nuestro cliente ha decidido no dejarlo para después. ¿Lo vas a dejar para después?






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