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La pregunta del millón. Y también la pregunta que debe hacerse con naturalidad. Lo primero que hay que explicar antes de responderla es cuál es el trabajo de un detective desde que un posible cliente nos contacta: como cualquier otro profesional, hablamos con el cliente para que nos diga cuál es la situación y qué información necesita obtener. Desde el momento en que hablamos con él, estamos haciendo un análisis de qué herramientas deberíamos utilizar, qué estrategia (Vigilancias, seguimientos, investigación informática, etc.) hay que aplicar y cuánto tiempo podría llevar la investigación.
Una vez recopilados los datos principales, en el despacho, hacemos el presupuesto que enviaremos al cliente. Dado que tenemos las premisas principales, podemos hacer una estimación del tiempo que va a suponer la investigación, horas, traslados, emisión de informe y ratificación en su caso. En este momento ya estamos trabajando en el caso del cliente porque lo estamos analizando y estamos visualizando cómo va a ser la investigación.
Dada nuestra experiencia, podemos hacer una estimación del tiempo a invertir y esto va unido a una tarifa horaria notablemente inferior a lo que muchas personas puedan pensar. Como pista diremos que no llega a las tres cifras. ¿Por qué no decimos la tarifa horaria concreta? Por una razón muy sencilla: al analizar un caso puede que haya que invertir tiempo en fines de semana, entre semana, de día, de noche...y lógicamente lo que debe aplicarse no es la misma tarifa. Pero seguimos sin llegar a las tres cifras.
Por otra parte, hay que explicar que al cliente le pedimos una provisión de fondos con emisión de factura y que tiene por objetivo cubrir la parte inicial de la investigación en cuanto a gastos y dedicación de recursos humanos. Será al final del trabajo, al emitir el informe, cuando se abone el importe restante según presupuesto. Esto quiere decir que nuestros clientes no tienen que realizar el desembolso en una única ocasión.
Cuando empezamos el trabajo, dedicamos horas a esperar, a fijarnos en detalles, a hablar con personas que pueden darnos información, a investigar en diversos medios, a unir piezas de un puzle, a hacer seguimientos a pie o en coche, a inventarnos una personalidad, a grabar vídeos, a hacer fotografías. Todo esto es la operativa de la investigación. Después, redactaremos el informe, producto final de nuestro trabajo y que aporta valor al cliente: obtiene la información que necesita y es su herramienta de decisión.
Por fin hemos llegado a la palabra clave que responde a la pregunta inicial: VALOR. ¿Cuánto cuesta un detective privado? Cuesta una cantidad de dinero, obviamente, como cualquier servicio profesional. ¿Qué valor aporta? Información, decisión, confianza,
tranquilidad. Consulta tu caso, no costamos tanto como el valor que aportamos.
